Lic. Janet carrillo

Psicóloga

Nuestras emociones son totalmente importantes cuando estamos embarazadas, es por eso que tenemos que cuidarnos, no solamente la salud física si no también la salud emocional (nuestras emociones) y mental (nuestros pensamientos).

Tus emociones liberan diferentes sustancias químicas en tu torrente sanguíneo, por ejemplo: la ira libera adrenalina, el miedo libera catecolaminas, el estrés libera cortisol y la euforia libera endorfinas. Estos productos químicos pasan a través de la placenta a tu bebé en cuestión de segundos según la emoción que estés sintiendo en ese momento.

Las actitudes y sentimientos de la madre influyen en el desarrollo emocional del bebé y por tanto en su personalidad (como serán nuestros hijos).

Existen estudios que muestran que los fetos a partir del cuarto mes de gestación presentan reacciones emocionales muy similares a las de un recién nacido y mencionan que esto se debería a que en esta etapa ya son capaces de percibir el afecto y la ternura que les llega desde el exterior.

Durante el embarazo, hasta el momento del parto, el niño está unido a su madre y al mundo externo a través de la placenta, la cual no solo le proporciona alimento sino que también transmite las emociones de la madre a través de las hormonas que segrega su organismo.

Según el Dr. Verny, especialista en estudios del desarrollo de la mente del bebe afirma que “el feto puede ver, oír, experimentar, degustar y, de manera primitiva, incluso aprender. Pero lo más importante es que puede sentir”.

El feto comienza a desarrollar el sentido del tacto en la semana octava, cuando apenas mide tres centímetros, mientras la cara ya empieza a adquirir un aspecto humano. A las dieciséis semanas el futuro bebé retrocede ante la luz, a las veinte reconoce la voz de la madre, a las veinticuatro tendrá casi todos sus órganos sensoriales maduros y a las veinticinco reacciona a la música. Cuando tiene seis meses de gestación responde a los cambios de humor maternos y ya tiene memoria, y a los siete meses puede soñar.

De hecho, los últimos estudios también muestran que el feto dentro del útero materno percibe olores y sabores, oye los sonidos y los recuerda después del nacimiento. Está comprobado que cuando la madre sufre de un estrés emocional, el feto se mueve con mayor fuerza y frecuencia que cuando la madre se encuentra en paz y armonía.

Todo esto nos indica lo importante que es ayudar a la madre a controlar sus emociones porque el stres puede afectar el bienestar del bebé. Transmitir buenos sentimientos es tan beneficioso para la mamá como para el bebé y no olvides que el participará de tus emociones desde el primer día.

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